Musgo: Cuidados
Hoy hablamos de musgo: cuidados, en particular, del musgo fresco, es decir, antes de pasar por el proceso de preservación. Concretamente, el musgo terrestre, que crece en el suelo y que posteriormente utilizaremos en nuestros jardines verticales.
El musgo preservado se ha convertido en el mejor aliado de numerosos interioristas, arquitectos y decoradores de toda Europa. Aunque para conseguir este material, primero ha de ser cuidado en su hábitat natural.
Cuidados del musgo natural
Como todas las plantas, antes de pasar por el proceso de preservación, el musgo debe de ser cuidado. Aunque existen dos tipos de musgo, acuático y terrestre con el que nosotros trabajamos es este último.
El musgo no tiene raíces, por lo que, se reproduce por las esporas. Suele crecer en tierras acidas, si se encuentra en su hábitat natural tendrá la humedad necesaria para crecer. Si los tenemos en nuestra casa, será necesario regarlo de vez en cuando para que tenga la humedad requerida.
Cuidados del musgo preservado
Tras pasar por el proceso de preservación, el musgo no necesita cuidados. Ni ser regado ni utilizar abonos ni fertilizantes para que se mantenga el color y olor de la planta. Por este motivo, los profesionales del sector eligen en sus creaciones este producto. Debido a que, una vez colocado no habrá que estar pendiente de él.
Aunque es cierto, que este producto debe colocarse en un espacio interior, ya que a este no puede darle el sol. Ni caerle agua de manera abundante. En el caso, de que queramos quitarle el polvo, podremos utilizar un secador. Se recomienda utilizar un humificador, para humedecer el musgo preservado.
Esperamos que os haya gustado este artículo sobre el musgo: cuidados, y que os sea útil en el mantenimiento de vuestro producto. Si queréis saber más sobre nuestros productos, no olvidéis de visitar nuestro blog frecuentemente. Para cualquier duda o petición de presupuesto no dude en contactar con nosotros. ¡Le esperamos!